Análisis del ensayo "De invisibles a sujetos de derechos: Interpretación sociológica de "E
- Renato Molina Galarza
- Jul 27, 2016
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De invisibles a sujetos de derechos: Una interpretación desde El Principito:
El jurista ecuatoriano Ramiro Ávila Santamaría parte de tres conceptos sociológicos, centrales para analizar la obra el Principito del escritor francés Antoine de saint Exupery.
a) la invisibilidad estructural,
b) la relación dialógica y
c) la objetivación de las personas.
Primero partimos de la a)invisibilidad que sufrimos todas las personas al pasar por la vida como simples transeúntes los cuales no nos relacionamos ni remotamente con las personas que pasan a nuestro alrededor, ya que nuestra existencia es irrelevante para ellos y la existencia de estos individuos es irrelevante para nosotros, esta invisibilidad se romperá con el primer paso que es un saludo inicial que dará lugar a una conversación más profunda con el individuo, el cual ya no representa un transeúnte más en la calle sino que ahora se convierte en un agente importante y tangible en nuestras vidas.
Como segundo aspecto tenemos, b)la acción dialógica que es el acto por el cual las personas mediante el dialogo crean un vínculo comunicacional que se vuelve fundamental para crear una relación profunda con las personas, como tercer aspecto está la c)objetivación de las personas que consiste en el acto de reducir a una persona a un simple objeto, el cual será utilizado a conveniencia de la persona que tiene la posición de poder para luego ser desechado, dentro del concepto de objetivación y como parte del ejercicio del poder, el Estado a través de un sistema educativo da inicio al proceso de dominación a través de las evaluaciones permanentes en la cual los niños son víctimas de los adultos, en un sistema que trata a los estudiantes como conejillos de indias, podemos encontrar este mecanismo en las escuelas, colegios y universidades, instituciones jerarquizadas que fomentan un pensamiento estructuralmente individualista.
El autor apunta hacia la reflexión en la cual busca que el lector pueda comprender el verdadero mensaje de la obra el Principito y así aplicar en nuestro diario vivir actos que si bien aparentemente son simples de ejecutar, es evidente que dadas las condiciones de competencia salvaje de la sociedad moderna, se vuelven una gran proeza.
Uno de estos actos consiste en intentar ver el mundo de la manera como lo hacen los niños, se vuelve más complicado aún el volver a sentir la vida y mirar a la gente con la naturalidad, inocencia y sencillez con la que la que lo hacíamos cuando niños; el autor manifiesta además una clara posición en contra del paternalismo, el adultocentrismo, el racismo e incluso se hace una crítica hacia el especismo y hacia la perspectiva unilateral de valorar solamente las características culturales de las sociedades dominantes desvalorizando las tradiciones ancestrales de nuestros pueblos indígenas, al final de la obra el autor nos deja un mensaje para reflexionar sobre los aspectos más hermosos de la vida.
El Principito (Análisis Sociológico):
Es importante la invitación a la reflexión que nos sugiere el autor, tomando como punto de partida, la relación Principito-rosa, la cual parece dirigirse con primacía a los lectores masculinos, digo esto porque la rosa de la obra el Principito representa al sexo femenino, recordemos que la historia desarrollada en "el Principito" integra rasgos autobiográficos de Antoine de Saint-Exupéry, autor de la obra, quien se representa a sí mismo como el Principito y a su novia Consuelo Suncín-Sandoval como la rosa.
Es así que Ramiro Ávila se refiere a su esposa María Eugenia, como su rosa, ya que tal como lo manifiesta, ella ha estado presente en cada viaje, en cada palabra, en cada pregunta, en cada reproche y en cada aprendizaje junto a él. Es interesante observar el mensaje romántico de la obra el Principito, el cual a mi parecer invita a los hombres a querer a su pareja con una responsabilidad similar a la que ofrecía el Principito al ejercer el cuidado de su asteroide, “Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado” le dijo el zorro al Principito como mensaje de despedida, acto seguido el Principito reflexiona y se da cuenta que la rosa es más importante para su vida de lo que pensaba. Si bien este mensaje puede aplicarse para ambos géneros, considero que el acto de representar a la rosa como una criatura un tanto mística, hermosa y caprichosa refleja la intención de Saint-Exupéry de describir a breves rasgos, la increíble complejidad de las mujeres, y que de vez en cuando entra en conflicto con la no tan compleja naturaleza masculina. En la obra podemos notar este elemento en la actitud del Principito, ya que por momentos parece irritarse con su rosa, por lo que Ramiro Ávila menciona: “En el rito del diario vivir, la construcción de los vínculos no suele ser fácil. La rosa se queja, se vanagloria, no se comunica, sin embargo tiene sentido cuidarla, limpiarla, quererla, porque al final la rosa es única y necesaria para el Principito y viceversa”.
Ramiro Ávila analiza los actos cotidianos del ser humano, ejemplificados a través de eventos ocurridos en su propia experiencia de vida. El primer momento del ensayo relata el viaje que emprende el Principito para encontrar su ansiada amistad, en dicha búsqueda se encuentra con planetas que reflejan a través de sus personajes las distintos tipos de adultos que llegamos a conocer en nuestra sociedad: gente autoritaria, vanidosa, bebedores consuetudinarios, capitalistas, cumplidores y formalistas, así mismo se emplearon diversas teorías sociológicas como la “relación lineal de progreso” de Hegel que nos muestra como las sociedades en desarrollo tienen como ideal de superación, poder alcanzar aquellos elementos que solo las sociedades occidentales desarrolladas poseen.
La objetivación del ser humano y los modelos educativos:
La “acción dialógica” expuesta por Paulo Freire se expresa en la relación principito-zorro, en la cual se demuestra que al diálogo como acto necesario y propio de la naturaleza humana. Es imprescindible para crear un vínculo que nos ayude a crecer como sociedad, en la obra observa como en un inicio el zorro se aproximó con miedo al principito utilizando además como escudo un árbol, describiendo con detalle el obstáculo inicial generado en el momento que conocemos a una persona.
La frase que el principito menciona al zorro: “ven a jugar conmigo estoy triste” representa la “objetivación” tanto de humanos como de cualquier ser vivo de la naturaleza, característica del narcisismo latente en las sociedades neoliberales, en la cual los individuos disponen de un “objeto” para abandonarlo posteriormente, pues ya no nos "satisface" y al no satisfacernos ya no nos sirve. Este elmento lo podemos ver representado en la intención del principio de acceder a jugar con el zorro, aunque solo por un corto periodo de tiempo, ya que en realidad, en un inicio al Principito no le interesa realmente el zorro, es más lo ve como un obstáculo que le impide conocer la tan ansiada amistad que estaba buscando.

Es una vez que el Principito se empieza a interesar en el zorro que empieza una verdadera relación de amistad entre ellos, dejando de lado “la objetivación del otro” y el egoísmo característico de los seres humanos para adoptar un sentimiento sincero de cariño hacia el otro ser.
La conclusión a la que llega Ávila Santamaría es que la sociedad adultocéntrica en la que vivimos impone un patrón de conducta que debe ser llevado a cabo por cada uno de los adultos que conforman la sociedad, en ese sentido la forma más útil de liberarnos de esta dominación es volviendo a ser niños, y trayendo al presente aquellas cosas que de pequeños nos hacían felices, en pocas palabras el objetivo es volver a mirar a nuestros semejantes con aquella sencillez con la que lo hacíamos de niños, dejando de lado lo que Ramiro Ávila llama “los ismos” como los prejuicios, solamente de esa manera podremos empezar a crear progresivamente una sociedad equitativa donde la esencia de las personas predomina sobre la banalidad externa del ser humano, en la obra se detalla que las relaciones de poder pueden equilibrarse lo que nos lleva a tener relaciones afectivas más fructíferas ya que de esta manera se termina con la relación unilateral en la cual la figura dominante “maestro”,”padre” tienen la potestad de evaluar incluso haciendo posterior uso de la burla o la agresión en el caso de que no superen dichas pruebas a los subordinados de dicha relación “hijos”, “estudiantes” alcanzando en su lugar una relación equitativa de mutua participación.
La obra “El principito” que es sin duda una maravillosa muestra de la genialidad de un escritor que logró plasmar con extrema sensibilidad aquellos rasgos propios de la naturaleza humana y matizarlos de tal manera que el lector pueda identificarse con los personajes, para que cada uno de nosotros podamos concientizarnos y comprender aquellas cosas que pasan desapercibidas a nuestro alrededor y a las cuales cada día seguimos restando importancia por la realización de nuestras obligaciones cotidianas.
La obra que aparentemente figura como un sencillo libro para niños no solo guarda en su interior una gran cantidad de misterios que muchos adultos todavía no logramos descubrir, sino que además esta magnífica obra permite realizar un análisis más profundo acerca de la compleja naturaleza humana, es así que Ramio Ávila logra con éxito una crítica a la sociedad patriarcal, y a esta demonización hacia los grupos más oprimidos de nuestra civilización, y denunciando a aquellas sociedades que aplicando la llamada “invisibilidad estructural” han excluido durante siglos a aquellos sujetos que la sociedades dominantes miran como inferiores, me gustaría añadir a la crítica de Ramiro Ávila el concepto de biopolítica con la cual Foucault deja en evidencia las intensiones perversas de ciertos Estados hegemónicos los cuales bajo la premisa de “hacer vivir y dejar morir” proceden con políticas de eliminación sistemática de aquellos ciudadanos considerados “menos útiles” para el sistema capitalista.
Otro de los aportes de Ramiro Ávila es su crítica a los modelos educativos nacionales, poniéndose como ejemplo a sí mismo en su etapa escolar, arguyendo que el “otorgar calificativos” a los estudiantes es otra característica del ejercicio del poder y es a través de este medio que se logra perpetuar este sistema adultocéntrico, y patriarcal en el cual mediante incentivos, castigos o calificativos positivos o negativos otorgados por la figura de autoridad hacia la persona “niño” que se encuentra en la constante espera de ser evaluado, así se logra dominar a la persona que se encuentra en el estado pasivo de necesidad de aprobación.
Sin duda que esta crítica a la sociedad posmoderna expuesta por Ramiro Ávila utilizando como medio didáctico a la obra “El principito” es acertada, más aún cuando nos centramos en la tesis sobre la “objetivación de las personas” tomando como punto de partida la relación entre el principito y el zorro, y poder comprender como la objetivación de las personas está presente en varios aspectos de nuestras vidas, en nuestras relaciones sociales, sentimentales o laborales; tal como lo explicó Herber Marcuse en su obra el “El hombre unidimensional”, donde se explica como en las sociedades materialistas, en la cual predomina el individualismo exacerbado, las personas nos vemos tan inmersos en nuestro éxito individual, que “invisivilizamos” las necesidades de las personas circundantes a nuestra existencia, lo cual genera vínculos de amistad con rasgos débiles y superficiales, destruyendo por completo la relación dialógica expuesta por Paulo Freire, para acercarnos más bien a una “sociedad líquida” tal como lo manifiesta el sociólogo Zygmunt Bauman en la cual la fragilidad de los vínculos afectivos se vuelve preponderante, al omitirse la generación de vínculos emocionales duraderos.
Siguiendo el consejo que el zorro hace al Principito: “te haces responsable para siempre de lo que has domesticado” quizá la mejor forma de comenzar a abandonar la objetivación hacia las personas, es invirtiendo tiempo en las personas más inmediatas a nosotros, aplicando lo que Benedetti describe en su poema -Táctica y estrategia- “Construir con palabras un puente indestructible”, de esa manera “podremos comenzar a domesticar a las personas que llegan a nuestras vidas, y en el proceso también podremos permitirnos ser domesticados por aquellas personas que quieren integrarnos a las suyas"
Bibliografía:
Ramiro Ávila Santamaría. (2012). Los derechos y sus garantías ensayos críticos. Quito, Ecuador: Centro de Estudios y Difusión del Derecho Constitucional.
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